miércoles, 14 de marzo de 2012

NO SON CREÍBLES LOS POLÍTICOS

Creer a los políticos, es algo que a mí me cuesta trabajo, da igual que sean de derechas o de izquierdas. La clase política en su globalidad, es un espejismo de moralidad y honestidad. Se lo han ganado a pulso y a perpetuidad, para evitar la pena de muerte. Al pueblo todavía –no sé cómo- le queda tolerancia. Miedo me da, el día que se acabe esa actitud de beneplácito. Porque no es permisible, que todos los días asistamos impasibles, a ver por donde sale el sol de la corrupción, para que brillen los escándalos. Y es que a la hora de meter la mano, no hay diferencias. Y claro está, entre unos y otros, se reparten el botín por distintos lugares de la geografía española. MIEDO ME DA EL DÍA QUE EL PUEBLO, DECIDA TIRARSE A LA CALLE. Y NO ES DIFÍCIL QUE SE DE ESA CIRCUNSTANCIA.

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