MIGUEL VILANOVA MONCHOLI, no es, MIGUEL CERVANTES SAAVEDRA, la diferencia es tal, que abruma hasta compararlos. Y hasta cabe la falta de respeto. Aunque el respeto se lo merece todo el mundo. Pero quisiera decir, del renacentista del cesto de mimbre, que nada malo hay escrito de su figura quijotesca, y su rostro seráfico. Este personaje vehemente de la política nostálgica, simplemente busca la fórmula que no encuentra, para poder desarrollar trabajos científicos en el área, donde la corrupción es tierra fértil, en la política. Cada uno elige sus propios gustos, aunque deriven en disgustos. Y casi estoy por decir, que no se puede conminar a las personas, al ostracismo que no desean. DON MIGUEL: Usted caballero andante/ Seráfico y quijotesco/Es ardor de la política/Y de su pecado eco/Y penitencia le pongo/Por su pecado mortal/Una oración al PP/Que leve es y no letal/Y si mañana me encuentra/ Admita con elegancia/Que leer a sabios hace/Y redimen la ignorancia/.
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