Escribir con libertad es un lujo, estar libres de hipotecas, es vivir en un espacio donde se asienta la democracia. Y desde ese sillón se observa el mundo que te rodea, y del que puedes emitir tu opinión para que la expresión sea libre, y no esté sujeta a mordazas. Esa es la pasión de quien esto escribe, porque no se puede clausurar el derecho a la objetividad, a la verdad, a llamar a las cosas por su nombre, a utilizar la fuerza de la razón.
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