viernes, 18 de octubre de 2013

ANDRÉS CAMPOS

Resulta curioso y sintomático que Andrés Campos no emplee la inteligencia con la frecuencia que un líder político debe hacer uso de ella. En demasiadas ocasiones me hice eco de su ego y vanidad que deteriora su ya lastrada imagen. No puedo entender como no es capaz de olvidarse del brillo de su oscuridad,  y ver con humildad el desastre instalado en su partido y en su Grupo Municipal. Y achacar a los demás errores propios, no son admisibles, “ni tolerables son los yerros de quienes lo subieron a los altares”. Y constituirse en Dios del mundo que te rodea es el refugio de un poblador que reside en un círculo donde lo más seguro que tiene es, la temporalidad. Utiliza el talento y haz de la suma lo que no te pueda restar. ¿Qué tal como Apóstol?  

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