Los partidos políticos
siempre tienen un semillero de “líderes de segunda mano”. Son proclives a
proclamarse como tales sin ser proclamados. (Y esa es la muerte suprema de
quien desafía las leyes del sentido común). Les puede la vanidad para ver la
exigüidad de la cordura. Son abanderados sin bandera. Lo que hace posible
que de segunda mano, pasen a tercera. No les da por pensar en las limitaciones
que tienen, es superior el ego que verse arrastrado por la indiferencia de
quienes les tienen que votar. Y por esos métodos, no hay
oración que los salve. Mejor así.
Fantástico post Evencio .
ResponderEliminarRotundo y categórico. Cómo de ti se espera siempre.
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