La sensación que da el mundo de los
políticos de la tierra ampliable a escala nacional, es que están oliváceos.
Y si dejamos la sensación y nos situamos en ese mundo natural, se aprecia el
universo de lo verdusco, y lo que ya sobra es la
inmadurez. Para echar de menos el florecer de lo genuino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario