LOS POLÍTICOS DEBEN ESCUCHAR Y LEER. EN TORRENT ESTÁN EXENTOS DE ESA “PENITENCIA”

Los políticos no escuchan, y para más inri no leen. Y las dos cosas son de suma importancia. A ellos, de los ciudadanos solo les importa el voto. Es tremendo el disparate. FEDERICO GARCÍA LORCA, en una locución en Septiembre del año 1931 decía refiriéndose al insigne escritor ruso  Fedor Dotoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, cuando estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, solo decía: ¡Enviadme libros, libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!  ¿Tendrán alma los políticos? Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.