Los árboles no se podan, se talan los ingresos de los ciudadanos con un
nuevo impuesto a los perros y se ve una Administración de vaivenes. Vaya usted
aquí, allí y allá, (serán desajustes en la coordinación). Me encuentro con un ciudadano en el Ayuntamiento y me cuenta
que lo habían multado por llevar el perro suelto en no sé qué barranco, el
hombre lleva cinco años en el paro y una familia que mantener, y su situación
es caótica, su precariedad conmueve y su multa, INDIGNA.
Estás incisivo. Y por supuesto que indigna y mucho.
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