martes, 16 de mayo de 2017

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO

Hay gente que me mira de reojo y a veces con la mirada torva, que es señal inequívoca de no buenos augurios. Aunque hay que decir que de todo hay en la viña del Señor. Cuando el libre pensamiento da rienda suelta a sus opiniones sobre la base del análisis imparcial, siempre levantas amores y odios. La grandeza de utilizar esas formas es vivir sin ataduras que priven la libertad de expresión. A mí me gusta mirar de frente y evitar la mirada patibularia. 

3 comentarios:

  1. Es el precio a pagar del libre pensador.

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  2. Cercanos tuyos de derechas te extraditaban. Como en los mejores tiempos de Franco. Y dicen que no son franquistas ¡Ay!

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