A veces es mejor obviar al
mundo ramplón y fanático y dedicar las letras a cuestiones más productivas.
Perseverar en ese mundo tosco y rudo es como predicar en el desierto porque
viven bajo el caparazón inaccesible de
misterios sin resolver. La democracia es para ellos un peso que no soportan
porque su habitad natural es el pasado y sus formas delatan de donde vienen y
quiénes son. Hay que dejarlos en la paz de su vacío.
Sobradamente conocidos.
ResponderEliminarSus formas caducadas.
Viven de espaldas a la democracia.
Son intolerantes y piensan que son el ombligo del mundo.
Totalmente trasnochados.