Después de una conversación
con Castillejo, lo veo derrochando fuerza y ganas de seguir en este mundo de
trabas y zancadillas. El manido tema de los uniformes sigue su curso judicial y
a pesar de que no es un tema menor, el Concejal pasea un ímpetu que no es
propio de una situación tan compleja. El hecho en sí le ha renovado la energía y un espíritu
inquieto que antes adolecía de él. No hay mal que por bien no venga.
Castillejo es una excelente persona más allá del gol que le han metido con el tema de los uniformes. Pero es cierto lo que comenta Evencio de ese resurgir después del problema en cuestión.
ResponderEliminarBuen tío.
EliminarEl pecado no se puede desligar del perdón.
ResponderEliminarDe ilusión también se vive.
ResponderEliminar