Hay que poner fin a la
violencia de género, al que vive con el cielo de techo, a la justicia
politizada, al miserable olvido de la dependencia, a los privilegios de la
clase política (llámense aforados), a la pobreza energética, al candado de la
libertad de expresión, a los políticos que engañan al pueblo y a la minusvalía
de cargos públicos que tienen en la azada y la hoz mejor porvenir.
Y seria un lujo ese porvenir y no se merecen cosas tan buenas.
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