El Rey visita Marruecos con excesiva corte celestial, y como
no lo sé pregunto: ¿Es que en Marruecos hay elefantes y Corinas? Con no poco
desprestigio en las alforjas, el Monarca desafiando el calor emprende la
búsqueda acelerada del reconocimiento popular con estos eventos
patrioteros que yo no estoy dispuesto a reconocerle. Cuando se es protagonista
de actos imprudentes, solo cabe la decencia de no caer en la imprudencia cuando
se escribe.
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