Este país da la sensación de estar –anestesiado-, hace
falta un revulsivo global de la sociedad que genere nuevas expectativas.
Torrent que forma parte del país también necesita remover una quietud que en
democracia no es plausible. Asumir aquellas cosas que se hacen mal, es admitir
una penitencia no apta para quienes pensamos que hay formas y maneras que
pueden cambiar el rumbo de los que lo tienen perdido.
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