El PP de Torrent sigue su
sueño placentero, en espera de que vayan cayendo los días y que Dios se apiade
de ese mundo rico en creencias y fe. Poco es ese bagaje para hacer frente a
situaciones en las que hace falta algo más que estar dormido. La sensación que
da este partido es la de no vivir la realidad que acontece, no quiero decir que
estén en el limbo pero si en su entorno. Su habitad natural. Hay vaguedad en
sus pronunciamientos dejando entrever falta de seguridad y, a pesar de ser una
semana poco apacible, tanto a nivel nacional como en la tierra, habrá que
acostumbrarse a situaciones que gravitarán sobre seísmos venideros. La política
es lo que da y lo que quita.
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