sábado, 1 de noviembre de 2014

AYER Y MAÑANA

  

Anoche decidí pasear por el tiempo consumido para darme cuenta de que, esa cosecha me acerca a otros periodos donde el espacio se reduce y la vida se acorta. Se estrecha el cerco y, con las puertas abiertas del misterio lo cercano es el enigma y lo lejano lo arcano. Parece que el paso lento de la vida se acelera de forma inconformista, buscando el secreto que nadie ha podido desvelar para hacer del mundo paranormal, la eternidad de lo normal. No hay después para contar que no se haya narrado antes, ni verdad que sustente que posterior a la muerte hay vida, pero en ese examen permanente donde la mente necesita encontrar el estado ideal de la complacencia, dejo la ficción para encontrar en las sombras de la noche la única realidad conocida: antes de la muerte hay vida. Quizá el silencio de la noche bendiga ese mundo contrito donde las letras se dejan llevar y la soledad albergue la palabra muda. 

3 comentarios:

  1. Vicente Calvo Alfonso1 de noviembre de 2014, 3:40

    Sencillamente sublime. Estas palabras son un lujo para cualquier lector.

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  2. Cuando la prosa es tan bella,al poeta,no le hace falta recurrir a la poesía.
    Un saludo.

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  3. Evencio debería prodigarse más con la prosa porque forma parte de la esencia de la literatura y es un mundo distinto al aforismo que practica de la vida política. Y aunque domina a la perfección las dos cosas prefiero la prosa.

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