Una de las grandes ventajas
que tiene Jesús Ros en el desembarco de la campaña es el dominio de la calle, ámbito
donde suma más que nadie y sagrado lugar de la comunicación. Ahí está el
constante peregrinar del pueblo y donde la palabra sin protocolo alcanza el
cenit de quien sabe utilizarla. Y aquí la superioridad del maestro es
manifiesta. Hay dones que no se aprenden, se nace con ellos.
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