Para
despedirse hay que estar convencido de que no serás elegido y, si lo estás, hay
que preguntarse si has merecido estarlo. Dos cuestiones peliagudas que brotan
al unísono entre la decencia y la honestidad. Dar el paso significa implicarse
con la dignidad y el crédito se gana con comportamientos éticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario