Le
escribo estas líneas a Miguel Oleaque para que sea consciente -que lo es- de que somos muchos los que
nos acordamos de él, de que su mejoría nos reconforta y de que, a su vez, debe
servirle para seguir su lucha con el habitual esfuerzo de todos los días. Recuperado
el apetito a buen seguro que pronto nos podremos tomar el café habitual y
recuperar la tertulia siempre amena en el café Gijón del pueblo. Un abrazo
amigo.
Me alegra su mejoria. Es una gran persona a la que aprecio.
ResponderEliminar