España se puede convertir en AFRICA. Veremos en el futuro
inmediato, arrastrarse a los ciudadanos, mendigando por una aspirina, una
tirita, y unas gotas de betadine para
desinfectar las heridas del
alma, ese es
el final que nos espera. Formaremos parte del tercer mundo, así nos daremos
cuenta, de los necesitados, del respeto que merecen, y nos abriremos una cuenta, en la cura de humildad, que siempre acarrea
beneficio. Nos veremos en algún campo de refugiados sin refugio, esperando mitigar el hambre y las enfermedades, con la ayuda de
Dios y la misericordia
Y en ese callejón sin
salida, que nos han metido los gobernantes, y los desgobiernos, el pueblo no
puede ser heredero, de un cumulo de adversidades, que repercuten en la estabilidad
económica del ciudadano, y que en ningún caso es culpable de las malas
gestiones realizadas. Este atropello, y mal trato, forman parte de la indignación y posiblemente
de la sublevación.
Han quebrado la sanidad
pública, la educación, los bancos, las empresas, autónomos, y generan la muerte agónica del pueblo, para
no evitar el sufrimiento. Todo un compendio de formas ejemplares, y la tenacidad de la
insensibilidad, de hombres de piedra, y cabezas sin sesos.
Y obsesionados con los recortes, les vendría bien darle un
repaso a la historia, y según cuenta José Luis Sampedro, cuando llegó la crisis
del 29 y la posterior recesión mundial en los 30, Estados Unidos, adopto entre otras cosas, la subida de sueldos
y bajar las horas de trabajo. Las consecuencias no se hicieron esperar,
crecieron los puestos de trabajo para cubrir esas horas menos, y los que salían
de su trabajo lo invertían en consumo, y naturalmente reactivó la economía y
permitió al país encontrar el camino de la resurrección.
Aquí hacemos lo contario, porque con diferencia, somos más
listos que los americanos, y
más catetos que nadie, y los insignes de la política entienden, que
la riqueza, es generar más pobreza. ¡Qué gobernantes!
En este país, se han dedicado todos los gobiernos, a fabricar bombas de racimo, hasta ahí les llega el conocimiento. No hay talento para más.
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