Ahora
prima las olimpiadas del año 2020. ¿Quién es el optimista que piensa que
llegaremos a verlas? Cuanto quijote, y que clase política tan sumamente minusválida.
Como no hay problemas acuciantes en el país, nada mejor que emplear el tiempo
en perderlo. Y es que en definitiva es el reflejo de un país, que esconde la
realidad, para vivir de fantasías. Vemos la caja del difunto, pero no el
muerto. Es alucinante.
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