Silencio. El Profesor se dirige a los alumnos, el parvulario pone atención al perfecto lenguaje que utiliza, son muchos los que tratan de aglutinar sabiduría, de quien tiene y trata de compartir, yo estoy pendiente de cualquier movimiento, la bancada de izquierdas, da la sensación de ampararse en una canción muy de ellos, “agrupémonos todos”, ¿en la ignorancia?. La bancada de derechas, entre tranquila e intranquila, admite y da gracias, que sea el profesor, el único que interviene. No es que sobre nadie, ES QUE NO HACEN FALTA.
El poeta parte de una premisa que puede discutirse.El desarrollo posterior ya no puede ser negado.En las bancadas existe un ambiente de "ciegos" en el que cualquier destello sobresale.Problema de dimensiones considerables tiene la bancada de "derechas" si solo tiene un profesor, porque este puede tener dias de ausencias justificadas.Sin embargo,el panorama es mucho peor en la bancada de "izquierdas" porque carecen de esa figura,y ademas, muy pocos son conscientes de su ignorancia politica.Mientras,el poeta observa y es entendible que destaque al destacado entre tanto pueril.
ResponderEliminarFdo:El amante del tango
En este maestro de la pluma, se encarnan valores, que rompe con los esteorotipos que emanan de tanta vulgaridad. En este post, hay solemnidad de un criterio agudo y personal, hay convicción de lo que escribe, hay valor que no esconde, y hay una acción demoledora de su contenido, basada en el conocimiento de la vida política, aplicando la moralidad de la razón. Enhorabuena amigo.
ResponderEliminarTremendo post, dureza confesional, sin paliativos. Y apuntaré, su certeza en la exposición. Yo soy de los que piensa, que Evencio está en un estado impresionante a la hora de poner acento a las cosas. Y algo más que sembrado.
ResponderEliminarUn zapatazo sin precedentes. Tiene punch este Evencio conquense, y se ve que está en lo que quiere, en lo que le gusta, y disfruta escribiendo, su cantidad de post, así lo atestiguan.
ResponderEliminarEvidentemente y no es nuevo, este Evencio conquense, afincado en nuestra tierra, y viviendo agusto en ella, hace de su creatividad, el verbo que mata, el que deja heridos, y el que también da vida.
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