Ayer, no vio la luz en el pleno, el nuevo impuesto del estacionamiento de la hora, que pretende imponer el Gobierno Popular, y que ya anticipo, sería poco popular. Parece que hay una norma escrita de flagelación permanente al ciudadano, y por lo visto, un desconocimiento descarado y preocupante, de ese deber que tiene el que gestiona, “de hacerlo con sentido común”. Porque hay que tener poco, (y aquí sí que hay austeridad) para someter al pueblo, al martirio de ser el blanco y la diana, de inquisicionistas ávidos de ver perecer el pueblo. Y se regodean desde el orgullo, de medidas que desmiden. Los políticos son un mal necesario, pero de estos pensadores sin cabeza, SE PUEDE PRESCINDIR.
Sigues en esa linea de intransigecia de políticos no aptos, para el desarrollo de sus funciones, y arto de mediocridades bananeras, impropias del culto a lo serio. Y haces bien
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