Caminamos sin freno hacia el abismo, o mejor dicho, ya ni
caminamos. Esta España, necesita una revolución, porque será la única
manera de que los farsantes, no evolucionen. España, no puede convertirse en la
parodia nacional, aunque fluye el esperpento de la España tercer
mundista. Es necesaria la revolución, para que los
estafadores de la democracia, sientan el aliento del desposeído de su trabajo y
de sus bienes. Y sufran las consecuencias en su justa medida, como todo hijo de
vecino. Y quede acuñada en la piel de estos timadores, la hospitalaria frase del pobre, VIVIR SIN
PRIVILEGIOS. Nada que no sea justo, en esta sombra de democracia, a la que
le falta el sol, y su brillo.
¿Donde hay que apuntarse poeta?
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