Hablar de la corrupción del
PP y no hacerlo del PSOE levanta ampollas y genera desazón en las huestes de
los populares, sin que puedan entender que, cada desvarío que cometen tiene la lógica
actualidad del momento. Hay que ser más reflexivos y no dejarse llevar por
pasiones que, a mí, me llevan a doctorarme en la paciencia. No creo que haya
ningún mortal medianamente inteligente que pueda gustarle los desafueros que
cometen los políticos -a mí tampoco me gusta- tenga el
color que tenga. Estos días tocaba Ignacio González y su camarilla, ahora toca
esperar al próximo depredador sin olvidar a la familia Pujol que, si no me falla
la memoria, no son de izquierdas.
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