En los partidos políticos
siempre hay alguien que está más por labor de destruir que de construir. Genera malestar, fluye la
envidia y rompe cualquier esquema de sana convivencia. ¿Y qué se consigue con
ese propósito? Que nadie esté a gusto trabajando, que las personas vivan con la
incertidumbre de su futuro y, además, quien maneja los hilos del drama ajeno no
le reporte beneficios. ¿Me lo pueden explicar?
El "cum laude" de estos menesteres es Vicente Sanz. Pregúntenle a Paco Cubas.
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