miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL ECLIPSE

Me perdí para encontrarme, fue una sensación extraña para acariciar ese plus de la vida que innecesaria mente hace falta. Encontrado y perdido, hice de la soledad el eclipse que no el ocaso. Momentos de la vida en los que hace falta la reflexión para conocer la altura de lo bajo. Lágrimas que surcan el camino abajo para que suba la marea. Un mundo desconocido que encontrarse con él, es el advenimiento del cráter en el que vives y dejas de vivir. Un momento que estremece, una parada eterna, un silencio que amortiza ruidos de muchos años, un desierto que enmudece y una luz en el camino que alumbra.

Mañana trataré de no perderme, porque después de ese tránsito, esos recorridos inhóspitos hacen llagas en el alma. Seguro que amanecerá otro día, para contar otras historias y ver la belleza de la vida esculpida en el pétalo de la rosa, para no expoliar la flor y el rocío pueda atemperar los calores.

3 comentarios:

  1. La vida en ocasiones te trae y te lleva donde quiere, no sé si lo que cuenta Evencio es real o quizá es una creación imaginativa.

    ResponderEliminar
  2. El relato es bonito, vivir lo quizá no tanto.

    ResponderEliminar
  3. Ya es raro que tu te pierdas.

    ResponderEliminar