MARIO EN TORRENT

Visitó la fauna ibérica MARIO, paso el día ayer entre los seres humanos, los enseres de los humanoides, y la vida mundana del ego, la vanidad y la desmedida. Calor sofocante, y sofocante era ver a un hombre joven sin más enseres que lo que llevaba puesto. No ahogaba el calor, pero asfixiaba mirarlo. Empezó la mañana con su recogida en la tierra que lo acoge, en la tierra de nadie, y en su tierra.

Puntual MARIO, me esperaba para venir a presenciar la conferencia de mi amigo Vicente Calvo, por cierto de sombrerazo, y pasamos la mañana entre café, cerveza y rogando el cigarrillo, ese es su pan diario cuando tiene la oportunidad de que la sensibilidad del mundo racional se esfuerza en la generosidad, gracias. MARIO mata el tiempo y el hambre pescando con caña casera, y el cigarrillo finiquita la abstinencia de la comida. ¡PUTA VIDA! Es un chaval sereno, respetuoso, amable y feliz con el mundo que le ha tocado vivir, y nosotros infelices con lo que tenemos. Aún tenemos demasiado.

Le voy presentando a lo largo del día a los amigos, el trato de todos es inmaculado, mi gratitud, y llegada la hora de la comida me voy a Mercadona y le digo ¿Que te apetece para comer? Me advierte de los precios tan caros, y se decide por degustar el mero, acompañado de otras cosas, a mí que me parecía todo poco, resulto que sobró de todo, poco comedor porque está habituado su estomago a ingerir dosis limitadas. Eligió de bebida vino y de postre melón. Yo no me quedé satisfecho, pero a su vez disfrute de verlo sentado en una mesa y con el calor de una familia.

Nada más comer, JAVI le trajo una caja de ropa de invierno, Toni unas zapatillas de atletismo, al menos que sus pasos dejen huella. Yo le proporcione simplemente lo que debía. Después de comer nos fuimos a tomar café y asu vez matara la ansiedad del tabaco. Tampoco se mostró muy receptivo y al café le añadió una botella de agua. Agotado el tiempo libre, nos fuimos a escuchar al amigo a la conferencia, le presente a Castillejo, y aquí hago un inciso, siempre está donde debe, y además sabe estar, lo saludo Juanjo y terminada la conferencia, tuvo ocasión de saludar a la Alcaldesa. ¿Que pensaría el bueno de MARIO en ese momento? Le pedí ayuda para él y estuvo receptiva para buscarle una solución. Espero que su seriedad haga posible un mundo mejor para quien no merecer vivir con un peso que no puede sostener.

Terminamos con una cerveza para aliviar sudores, y me acompaña Vicente a llevarlo a su "casa" ¡PUTA VIDA!

Y cuento esta anécdota porque tiene su esencia, a la llegada a su casa y ya con sus pertenencias, le doy dinero, y mirandome a la cara me dice sin hablar, "pero hombre esto también". Eso MARIO no es nada, tú te mereces mejores cosas. Nos veremos MARIO, esta noche sé que no pasarás frío. Que pases buena noche.