No seré yo el que aplauda a ningún Gobierno, que sea capaz de maltratar económicamente a los jubilados. Ni capaz seré, de callarme ante determinaciones, que lastiman la dignidad de las personas. Ese, no seré yo. Por lo tanto habrá que seguir diciendo, que los recortes, hay que hacerlos a los poseedores de riqueza. No se puede en la actualidad que abrasa, seguir financiando a los sindicatos, a los partidos políticos, a la Iglesia, y menoscabar la indigencia del jubilado. Es atroz la desmesura. No se puede reducir un 2% a la REAL CASA, porque es el sumun de la indignación, y el pasaporte a la provocación.
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