Las encuestas de las
elecciones ponen al PP en el precipicio
del poder, la suma de la izquierda será la resta de un partido que ha sido
abanderado de la corrupción. El gordo de Navidad debe tocar al pueblo con
un cambio de Gobierno. Esperemos que entre la reflexión y la sensatez
el ciudadano decida otorgar la confianza a quienes estén libres de la
putrefacción. Hora es que el pueblo ponga a cada uno en su sitio y al PP en su
casa. Partidos incapaces de regenerarse y evolucionar no es posible votarlos y
el PP siempre lleva la sombra del pasado y las tijeras en la mano recortando el
bienestar social de quien ya no puede comer. Con este bagaje de veleidades y
atropellos a la clase social del hambre, la conciencia no hará posible
depositar el voto en la urna al Partido Popular”Mejorar es cambiar y ser perfecto es cambiar a menudo” (WINSTON
CHURCHIL).
A ver, en la actualidad, y evidentemente también en la historia de la humanidad, muchos de los gobernantes se han escudado en la legalidad para justificarse a ellos mismos y, por supuesto, frente a todas las gentes a las que gobiernan.
ResponderEliminarPorque sin lugar a dudas será legal que exista paro, pero a todas luces es inmoral sabiendo que se puede ir erradicando adoptando medidas de crecimiento tal y como muchos economistas están proponiendo desde hace tiempo, avalados incluso por todo aquello que nos indica el conocimiento de la historia en este sentido. No obstante, hay muchos que se quieren engañar a ellos mismos al igual que hicieron aquellos que en su día se empecinaron en mantener la esclavitud a toda costa, de ahí que jamás le den una oportunidad a los que abogan por la lógica y el razonamiento puesto que si lo hacen empezarán, quizá, a despertar una conciencia a la cual no les interesa poner en funcionamiento (bueno, sin duda eso no les interesa ni a su conciencia ni a sus cuentas corrientes). Porque cogiendo como ejemplo este tema del paro, es toda una inmoralidad que, incluso en la época de bonanza y en plena burbuja inmobiliaria, hubiera alrededor de un ocho por ciento de paro en nuestro propio país, sabiendo que en otros países dicha cifra la tienen cuando la economía está casi bajo mínimos.
Nunca han comprendido nuestros mandatarios que la inmoralidad no es del resorte de las leyes, y que la pretensión de querer evitar o prevenir el delito, en lugar de castigarlo cuando se produce, es contraria al derecho y no hace mas que coartar la libertad individual.
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