lunes, 19 de octubre de 2015

PABLO IGLESIAS - ALBERT RIVERA

Albert Rivera mostró más seguridad que Pablo Iglesias en el debate de “SALVADOS”. Pablo ha perdido fuerza en sus intervenciones y no convence con la facilidad que lo hacía antes. Hay en el líder de Podemos un amago de incertidumbre que no se da en el caso de Albert Rivera y además es consecuente con la supremacía actual de Ciudadanos. Para mí, ganó el debate Albert  y se puede convertir en clara alternativa al poder y el sepulturero del Partido Popular. 

2 comentarios:

  1. Me gusta...

    Fdo.
    Un ex afiliado del PP

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  2. La falta de sinceridad o, mas claramente, ese disimulo, esa hipocresía de la gente decente, que mata toda iniciativa, toda espontaneidad, que anula toda personalidad, que ha engendrado la costumbre de amoldar el pensamiento y las acciones a ciertas conveniencias, no están en el carácter de la población, sino que son vicios adquiridos de alguno pocos.
    En un pueblo de pobres de espíritu donde la ociosidad de cafés y pícaros de alrededores es la norma y el panfletario destila de su aburrimiento cualquier cosa que sea del agrado del poder y no resultado de su digestión, necesitando aun del favor ajeno para que se les oiga, algunos se han dejado someter y acomodarse a la obediencia pasiva e irracional, sin iniciativa ni personalidad.
    Estos individuos carentes de personalidad, para ser algo en esta sociedad, precisan de buscar, como primera condición, el favor, el beneplácito, la protección, el sometimiento voluntario a la oligarquía, por lo menos callar y prescindir de tener personalidad, para no atraerse su odio, su persecución, su desprecio, o vaya Vd. a saber que bajos instintos le seducen a comportarse así.
    El modo de hacer fortuna en la vida de estas personas consiste en seguir el impulso que viene de lo alto, y en NO TENER INDEPENDENCIA.
    ¡ Ay de los caracteres dependientes¡ Por mas talentos y virtudes que nos hayan intentado hacer creer que poseen, solo han conseguido sacrificarse en la soledad, porque si han conseguido que el poder les acaricie el lomo y creen haberse salvado de su enojo, no se han salvado del desdén de la sociedad; y si han alcanzado a fuerza de abnegación y de falta de respeto que los demás no les profesamos, aun a pesar de alguna vez haberlos tenido en consideración, y que hoy se les tribute una muda simpatía en forma de conmiseración por toda victima que ya no se puede salvar.
    Ante los ojos de estas personas todo ha pasado a ser dogma en política y religión.
    ¿Quién tiene libertad para tocar esos dogmas?
    ¿Tocas los dogmas políticos?. Luego eres revolucionario, demagogo, hombre peligroso y enemigo del orden. Intolerante y fanático, según algunos.
    ¿Tocas ya, no el dogma político, sino el dogma surgido del delirio panfletario?. Luego entonces eres rojo, hereje, condenado y excomulgado.
    En presencia de tales anatemas, ¿quien respira?, ¿quien dice esta boca es mía?
    Para estas personas el mejor partido es callar y , aun peor, adular la falta de inteligencia y la prepotencia instaurada , la mejor conveniencia para su corta visión es no tener personalidad, la mejor conducta es disimular ante hechos evidentes; el disimulo y la hipocresía salvan de esos anatemas y dan prosperidad.
    He aquí la nueva generación de panfletarios, esa es su vida social. He aquí su política y su religión.
    Esta gran cuestión, que no he hecho mas que desflorar en esta ocasión, no es ya digna de vuestro supuesto talento, que aunque tengáis valor para hablar alto en esta ciudad , sólo conseguís hacer pelotillas de rumores y chascarrilos de café, mientras otros anidan en sus guaridas los frutos que les facilitáis con vuestros versos descuaidados.
    Puede un suceso ser mirado de distinto modo por los contemporáneos, y puede ser juzgado también con diferente criterio, pero el hecho es el hecho y al narrarlo no se permite alterarlo, ni atribuirlo a causas o personas que en él no han figurado, ni dar la responsabilidad o la gloria que de él se desprendan a quienes no corresponden.
    Vaya con Vd. mi mas obligado olvido hacia su persona, la decepción sentida ya es inmutable al paso del tiempo.
    Mi memoria sobrevive gracias a la restitución política de la verdad histórica.
    Ser modernos es vivir una época de paradojas y contradicciones.
    Fíjese a que punto hemos llegado.
    Avanzar como el cangrejo, marcha atrás.
    Esta es la democracia de balcón que solo muestra las macetas de la imprudencia sibilina, cuando la verdadera democracia surge de los rincones del placer de las habitaciones soleadas de las mentes.
    Hipocresía por doquier.

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