Está el país con overbooking
de depravados, obscenos ilustres, vividores de lo ajeno y responsables de
barbaridades que hacen sentir la hilaridad de un pueblo. Beatos de bodeguilla,
jabugo, Vega Sicilia, mansiones y apariencias que engañan. El pueblo mira,
calla y traga lo que ve con una pasividad estremecedora. ¿Estarán los vivos
muertos?
A tenor de lo que vemos, SI.
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