José Antonio Castillejo se tuesta de forma “natural” por las playas del mediterráneo, sacudiéndose el estrés que origina la complicada vida política. Ganado ese descanso estival, seguro que el hombre de la calma acentuará sus conocimientos con algún libro entre las manos, y saboreando la voz y la música de dos maestros inconfundibles, Serrat y Sabina. La música, que es el silencio del ruido, hará del prominente político que la puerta abierta del mar sea el océano de su prosperidad, y encuentre la luz en la oscuridad.
Serrat y Sabina, son poetas como tú.
ResponderEliminarThobelio.