El BANCO DE ALIMENTOS no puede ser el sustento de los
ricos. Lo dije en la CASA DE LA CULTURA hace tiempo
mirándole a la cara a la CATALÁ, pero aquel caso omiso hace posible que hoy
levante la voz para reclamar la seriedad que requiere y el orden que no tiene.
Y como me parece inadmisible que haya perdurado en el tiempo una actitud
pasiva, aquí no cabe la tolerancia, solamente corrección y rigor.
No es moco de pavo lo que suelta Evencio. Yo estuve la tarde de autos que comenta el poeta, fue el canto a la libertad para que entrara el insigne en la lista negra del Gobierno Popular, pero la gloria de aquel día fué superior a la censura. Y aquí va dejando todos los días la semilla que germina con luz propia.
ResponderEliminarCuando Evencio habla de que no hay orden, deja un halo de hedor que revuelve el estomago. Hay que restablecerlo y estar más pendiente de algo que es de suma importancia.
ResponderEliminarEl pan del pobre debe ser sagrado y en esa casa debe haber seriedad, seriedad y seriedad. Leer estas cosas sobresaltan y no dejan buen sabor de boca.
ResponderEliminarMal alimento es esto para los responsables de que exista el rigor que pide el poeta. Comparto con Evencio su denuncia, y nota se deben tomar para solucionar las anomalías que haya. Un próximo post sería demasiado duro, y para evitarlo hay que poner remedio.
ResponderEliminarVisto lo visto el banco de alimentos se convierte en el banco de lamentos. Y no es este un tema pueril, pero me parece que merece una atención especial del Gobierno y Oposición, no se puede estar a la sopa boba permanente, pero ni unos ni otros son capaces de hacer lo que deben. Y se tienen que ver con el culo al aire.
ResponderEliminarParece imposible tanto acierto. Una vez más noto en tus palabras estimado Evencio, evidencias de una humanidad que no encuentro en muchos de nuestros gobernantes actuales. Yo estuve en ese canto de libertad, aprovechaste muy bien el lugar, estuviste genial.
ResponderEliminarVergonzante y bochornoso.
ResponderEliminarEl pricipe está en lo justo. Yo no estuve en aquella famosa tarde en la que la derecha tembló, pero me lo han contado. La linea de Evencio es la misma siempre, aplica sentido común a las cosas y equidad.
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