El rescate hay que pensarlo, meditarlo, porque no es cuestión de tomar medidas de la noche a la mañana, eso dice SORAYA. Después de nueve meses en el Gobierno, me parece una desfachatez tener que escuchar el verbo que adolece de sentido común. Esa obstinación ya recalcitrante en no dar pasos hacia adelante, comportan una felonía con el pueblo intolerable. Hay que saltar la barrera de la INCENTIDUMBRE, y poner menos trabas, freno y rémora, a lo que al final si o si, debe ser el RESCATE.
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