lunes, 17 de septiembre de 2012

LOS SINDICATOS


Los Sindicatos viajan en el tren de alta velocidad de los privilegios, y en el de cercanías de la moralidad y decencia. Arrastran masas de masa morfa para no encontrarse entre ella eruditos, doctos e ilustrados. Mejor instruir, civilizar y educar, que someter al trabajador a ser abanderado de ilustres rufianes. Mejor recurrir a la honestidad y desprenderse de subvenciones que sonrojan y merman la calidad de vida de quien -justamente se manifiesta- . Mientras no se de esa circunstancia, no hay moralidad para hacer huelgas, aunque lo -justo- sería hacerlas a los Sindicatos, Confederaciones Empresariales y Partidos Políticos. Lo demás es estar en la cúspide de la miseria. Es pasear a la España bananera, para enseñar al mundo el erial de la incultura. 

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