La derecha es sinónimo de
petulancia, y esta derecha que Gobierna asoma el orgullo de la pretoriana
derechona. Y lo que hace falta es una derecha dinámica, joven, sin roles, y que
constituyan una referencia de aptitud, destreza, y pulcritud. Ya no caben pasados
pesados, hay que oxigenar cuerpos, almas y conciencias. Los hombres de estado
que necesita la España de hoy, no son los abanderados de ayer.
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