Este
Gobierno que parece inerte, ha encontrado el momento inoportuno de
promover guerras de régimen interior, para que en esa pétrea posición de
inmovilidad, inacción, y ociosidad ante los problemas de la sociedad, surja la
ruptura de un partido, para mostrarnos ese deambular permanente que produce
preocupación por lo inadecuado de la situación que vivimos. Y ante ese marasmo,
no es de extrañar que la sociedad agite su disconformidad y ya metidos en el
caos, que cada palo aguante su vela.
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