España es un país
deficitario en educación. Y ese problema conlleva arrastrar secuelas que
evidencian nuestro talón de Aquiles. No somos adultos en esa asignatura lo que
nos hace empequeñecer. Aquí mostramos una insuficiencia alarmante y lo que es
peor, el mundo nos mira para vernos miniatura de lo que no somos grandes. Una
fatalidad y exigüidad que hace óptima la carencia. Siempre nos dejamos llevar
por el tuerto de turno en el país de los ciegos. Aquí damos la medida y la
desmedida a la vez. Somos únicos. “Hay un instinto natural que nos
lleva a la sin razón porque la incultura es nuestra compañera
inseparable”. Y eso hace en ocasiones que nos posicionemos al lado del
tuerto sin darnos cuenta que nosotros seguimos estando ciegos. Somos amantes de
lo vano, baldío, estéril y inane. En
educación, primitivos.
Así nos va. Somos maleables por lo que tu dices, no hay cultura. Y cuando uno ve los recortes en educación, también un futuro sin porvenir.
ResponderEliminarNi a primitivos llegamos.
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