Corren tiempos nuevos como
se ha podido ver en el Congreso de los Diputados. Algunos han liquidado lo estético
y lo ético. Se avecinan situaciones imprevisibles que seguro generarán
expectativas sin precedentes. El Congreso me ha parecido una hornacina donde
han quedado enterradas formas que con esta fecha han prescrito. Esperemos
que las cosas que les une hagan posible que este país salga de la inestabilidad
y la desconfianza y encuentre el rumbo del crecimiento y dejemos de estar en el
trapecio. El escenario político no propicia seguridad pero al ciudadano siempre
le quedará la fe y la esperanza. A mí no me queda.
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