Los del traje y corbata,
los ejemplares y los de misa y procesión se suman a la escalada de delincuentes
de guante blanco. Una vergüenza sin precedentes en la vida política española y
sin argumentos que puedan rebatir el expolio de señores de alta alcurnia. Tramas
que se convierten en dramas y que el pueblo llano acarrea con las
consecuencias. ¿Y ahora se dan cuenta? ¿Ahora alguien quiere ser abanderado y
gladiador de la lucha contra este mundo sin alma? ¿QUEDA ALGUNO CON ELLA? Habrá
que confiar en otras cosas que no sean los vestigios del Pp y los jóvenes
rancios, antiguos y pasados. Los hechos demuestran que la desconfianza y la
susceptibilidad con el colectivo, tiene su razón de ser.
Evidentemente la trayectoria del inclito personaje deja el rastro de un político sin ideas. Los plenos lo delatan.
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