Estamos asistiendo a un
momento crucial de la vida política y social del país, para encontrarnos con
este vodevil de la nueva era política que ilustra, y de qué manera lo diverso y
variopinto de la pluralidad nacional. Grandeza y miserias de un pueblo
esquilmado por la clase política que vive atento al cambio para salir de la asechanza. Las urnas
decidieron la puesta en marcha de los pactos para que la alianza sea la unión
de lo que diverge y de lo que el pueblo decidió. Si es cierto que votar es una de las cosas más
democráticas, el respeto a lo votado es sin duda el más fundamental de sus
principios. Habrá pues que encontrar el atajo a las distancias largas y no
desmayar en el recorrido. “No hay atajo sin trabajo”.
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