La nueva era política nos
enseña “rastas” y la lengua viperina de una Celia Villalobos rancia, vehemente
y tránsfuga del sentido común. “Ojalá el partido de Celia estuviera la
mitad de limpio que mis rastas”. Las palabras del diputado Alberto
Rodríguez definen muy bien a la que sobrada de soberbia está privada de
humildad y buenos modales. “A pesar de tener la democracia su
organización y control, su fuerza vital radica en la libertad del individuo”.
(CHARLES EVANS HUGHES).
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