sábado, 16 de enero de 2016

DE OTRA ÉPOCA

La nueva era política nos enseña “rastas” y la lengua viperina de una Celia Villalobos rancia, vehemente y tránsfuga del sentido común. “Ojalá el partido de Celia estuviera la mitad de limpio que mis rastas”. Las palabras del diputado Alberto Rodríguez definen muy bien a la que sobrada de soberbia está privada de humildad y buenos modales. “A pesar de tener la democracia su organización y control, su fuerza vital radica en la libertad del individuo”. (CHARLES EVANS HUGHES).

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