Con la parálisis de la vida
política y la hemiplejía de políticos no aptos para el ejercicio en la vida
pública, comienza el año colapsado de incertidumbre. Entre la Cataluña
independentista y la España ingobernable está servido el estado irresoluto. Y
llama a la puerta unas nuevas elecciones con viejos conocidos, que por antiguos
y no desconocidos mejor sería lo nuevo y no usado. Pedro Sánchez, después del
envite de las elecciones y la cosecha del fracaso debe pensar que una retirada
a tiempo es una victoria. Albert Rivera cabalga como la marca blanca del PP que
por lo visto resta más que suma y más que blanca, azabache. Mientras Pablo
Iglesias se retuerce como el viento ululante y soturno reclamando emergencias
para superar los trances que la sociedad sufre y que han originado los
anteriores moradores de la MONCLOA.
No tienes ni idea de política.
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