La poesía explica mejor que nada el paso
solemne de la existencia, el grito desgarrado de la injusticia, la desazón de
la ansiedad, la pasión y el dolor del amor, que roto, aleja y el erial del
indigente. La poesía es semilla que germina en páramos desiertos, en barbechos
y en limpias sábanas que empapan con el sudor el placer de amar y ser amado. La
poesía nace para no morir y vive para
que su voz sea la conciencia de los que no la tienen. El ingenio
de grandes poetas nos ha dejado el fondo reservado de valores que nunca se
devalúan para que la mirada encuentre entre la soledad y el silencio, la vida
de lo eterno. Que el año nuevo la poesía siempre reputada y exigua de lectores sea la
voz social del mundo que habita en el submundo. FELIZ AÑO.
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