Los que ahora se asientan en
el poder, subestiman alianzas con partidos emergentes y otras minorías. Los ciegos no ven que esa posibilidad se pueda dar. Y tal como
están las cosas cabe esa y otra. La otra es verse apeados del poder que sería
razonable y hasta aconsejable. El desprecio me parece tan ruin que deja a los
abanderados de la moral, a las puertas de ser guillotinados en las urnas. Hay
que aprenderse las lecciones, antes de que el maestro pregunte por ellas.
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