El caldo de cultivo de los
comentarios es un poso que se arrastra en el tiempo y, por consiguiente, nada
es novedoso. A pesar de la dureza de los mismos, hay que sobreponerse a la
crítica y mejorar en aquellas cosas en las que los sagaces comentaristas ponen
énfasis. Mi comentario lo dejo todos los días en mi post y a partir de ahí cada
uno es responsable de lo que escribe.
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