sábado, 17 de diciembre de 2016

LA CÁRCEL



La CÁRCEL, es la universidad del delincuente. Allí se forjan buenas carreras y hay penas que nutren malas conciencias. La época de la vida requiere prisiones que no sean prisioneras de conductas y tiempos primitivos. Dignificar la vida de los reclusos conlleva habilitar talleres ocupacionales, bibliotecas, psicólogos, educadores, instrumentos que hagan posible, que la estancia en ellas, sea el salva conducto de la integración en la sociedad, y no revierta en ampliar conocimientos para hacer más precisa la delincuencia. Yo soy poco amigo de ellas, salvo en determinadas circunstancias. Por ejemplo: Todos los políticos corruptos, serían dignos de acabar sus vidas entre rejas, para que supieran lo que es el peculio, llevar una vida con más sosiego y calmar la ansiedad de robar. Aunque la morada estaría lejos de ser el reino de los cielos, al menos encontrarían el lugar donde el paraíso de los sueños, sería robar la libertad y no el dinero del pueblo. 

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