Los partidos políticos y
Sindicatos, deben tener en sus afiliados el cordón umbilical de su economía, el
Estado no puede permitir dispendios para ermitaños que sacian su avaricia en
restaurantes de 6 Tenedores mientras el pueblo está en la miseria. Para revitalizar el país
debe llegar el fin de subvenciones que ponen de relieve a vividores sin
escrúpulos y gobiernos en tela de juicio.
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