sábado, 17 de diciembre de 2016

REFUGIADOS SIN REFUGIO

  

La solidaridad con los refugiados es deprimente. Por lo visto,  las altas esferas no se dan cuenta que es un colectivo de PERSONAS en la más vil precariedad y las personas tienen el derecho a vivir con dignidad. Dignidad que le niegan los que piensan que están aforados de lo digno. Si no la utilizan para nuestro pueblo, es obvio que para los demás son insensibles ante sus problemas. Es penoso el camino que tiene que recorrer esta gente, todo son trabas, limitaciones y obstáculos para que la contrariedad sea la mochila del viaje. El ser humano es estéril de humanidad.

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